"No se trata de proyectar, se trata de proyectarse" (Anna Marra)
¿Qué son el LPM y el LPI?
Es un cuerpo de conocimientos, técnicas, herramientas y habilidades propia del project & process management y adaptadas al entorno jurídico.
En otros sectores como el industrial, de la defensa, de la construcción, de las nuevas tecnologías y el bancario, desde tiempo se utilizan conocimientos y herramientas propias de la disciplina de gestión de proyectos y procesos, con resultados significativos con respecto a la gestión de cuatro factores claves: alcance, tiempo, coste y calidad.
El sector legal también se puede beneficiar de este enfoque
para poder gestionar el trabajo de forma
más eficiente, más productiva y más alineada con las exigencias del cliente.
¿Por qué cambiar?
El sector legal ha evolucionado gracias a un driver principal: la asesoría jurídica. La eficiencia en la gestión, la estandarización de los procesos, la capacidad de trabajar en entornos complejos multidisciplinares y multiculturales exigen una transformación de la profesión y de las organizaciones del sector.
Las fuerzas del mercado y de la industria han cambiado y cada vez más se delinean nuevas tendencias retadoras. Hemos empezado a oír (y disfrutar de) expresiones como “re-thinking the law” o “disruption”. Queda un estupendo lienzo blanco para pintar.
Ventajas del LPM&LPI
- Alinea la práctica organizativa a la estrategia y cultura del despacho
- Aumenta la eficiencia y la eficacia de la solución prestada
- Permite generar respuestas más rápidas y flexibles
- Permite prever y reducir los costes tanto del despacho y consecuentemente del cliente
- Permite asignar los recursos necesarios atribuyendo responsabilidades y tareas
- Permite saber cuántos recursos estarán ocupados, cuando y por cuanto tiempo
- Evita desperdicio de recursos y especialmente de información
- Reduce o elimina el nivel de incertidumbre, a través de una correcta identificación y gestión de los riesgos
¿Quién lo puede usar?
- Los despachos de cualquiera tamaño y disciplina.
- Los departamentos de servicios jurídicos de empresa, que quieran fomentar la agilidad de la estructura, la rapidez de las decisiones y el control de los recursos.
- Los despachos de notarios y las consultorías jurídicas